Puntualizó que Corleto escogió la Suite Regional Guatemalteca, de Benigno Mejía Cruz y el Danzón número dos. Señaló que Corleto; “Jugó con los tiempos, conoció la dinámica del estilo y buscó los énfasis donde corresponden”. Aparentemente, no quedó muy conforme con la actuación de Corleto, pues añadió que una sección de metales y un joven pianista: “Fueron un alivio”. Obviamente, encontró la presentación de Martín Corleto un poco “cargada”. Elogió la actuación de Labrín, ya que --según él-- cuidó más los detalles, atribuyendo esto a su experiencia sobre los tangos y las milongas.
Al comentar la presentación de José Luis Perales escribió: “Cantó todo lo que pudo con esa voz natural y de registro pequeño”. Lamentablemente, la energía eléctrica falló dos veces. Lógicamente, ello molestó al cantautor español, razón por la cual acortó media hora su actuación. Él considera que la actitud de José Luis Perales fue una desfachatez y estima que fue imperdonable.
Finalmente, menciona la publicación de un libro sobre un pianista estadounidense, Thelonious Monk, creador, junto a Charlie Parker, del bebop.